miércoles, 2 de octubre de 2013

Guerra de Abril 1965


El pasaje histórico que comprende los años de 1961 al 1965 es uno de los menos conocidos por la generación contemporánea.  Ese paso resulta ser confuso y vital para la comprensión de los acontecimientos del convulsionado año de 1965 y el desarrollo posterior de la República Dominicana.

La vanguardia de la revolución de 1965, los perredeistas (miembros del PRD) y otros partidarios de Bosch encabezados por Francisco Alberto Caamaño, se llamaron constitucionalistas (en referencia a su apoyo a la constitución de 1963). El movimiento contó con algunos oficiales militares jóvenes entre sus filas. Una combinación de militares reformistas y aguerridos combatientes civiles salieron a las calles el 24 de abril, tomaron el Palacio Nacional, e instalaron a José Rafael Molina Ureña como presidente provisional. La revolución tomó la dimensión de una guerra civil, cuando las fuerzas conservadoras del ejército, dirigidas por el general Elías Wessin y Wessin, devolvieron el golpe contra los constitucionalistas el 25 de abril. Estas fuerzas conservadoras se autodenominaron leales. A pesar de los ataques con tanques y bombardeos aéreos por las fuerzas leales, de todos modos, los constitucionalistas mantuvieron sus posiciones en la capital, y extendieron el conflicto para asegurar el control de todo el país.

La Guerra de Abril traumatizó a la sociedad dominicana dejando un balance de más de 3500 muertos, decenas de heridos, millares de personas humilladas y abusadas por militares extranjeros y locales, una economía en ruinas, un país invadido, unas elecciones manipuladas y una guerra clandestina que no se detuvo hasta 10 años después.

La República Dominicana de hoy ha superado el trauma dejado por este capítulo, pero costó mucho sacrificio.  Es por ello que debe ser recordado y reconstruido por las nuevas generaciones para asignar responsabilidades y no volverlo a repetir.

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